Saturday, July 02, 2005

El mito de Icaro

""En pleno delirio sexual, todo el mundo tiene derecho a compararse con Dios" E.M. Cioran

Dédalo fue un prestigioso arquitecto, inventor y escultor, muy respetado en su ciudad natal, Atenas. Trabajaba en su taller junto con su sobrino Talo, que prometía ser un gran sucesor de su tío. Presa de unos celos cada vez más insoportables, Dédalo, decide matar a su sobrino . Un día invita a Talo a pasear con él por el recinto del templo de atenea y desde lo alto de las murallas lo arroja al vacío, pero la diosa Palas transformó al muchacho en pájaro "cubriéndolo de plumas mientras caía".Cuando baja del recinto, recoge el cadáver de su sobrino y lo entierra. Días mas tarde el tribunal consigue pruebas del delito y condena a muerte a Dédalo, éste consigue escapar y embarca en un navío que va a Creta. Allí es recibido con todos los honores por el rey Minos, quien lo convierte en su servidor. Un día, Pasifae, la esposa de Minos, pide al escultor que le fabrique una figura de vaca que se semejara a la real para el toro blanco de Creta. Esto supone el nacimiento de una criatura mitad humana y mitad toro: El Minotauro.Para tratar de esconderlo, Minos ordena a Dédalo que construya un laberinto de donde jamás pudiera salir esta bestia. Al pasar los días en ésta celda, el minotauro, que rehusaba los alimentos ofrecidos, exige carne humana. Al enterarse del deseo del monstruo, Minos tiene una idea, obligar a los atenienses a enviar tributos de siete muchachos y siete doncellas para ser devorados por la fiera. Teseo, el hijo del rey de Atenas, parte rumbo a Creta con el fin de asesinar al Minotauro, lo cual logra con la ayuda de Ariadna, la hija de Minos. Teseo se introduce en el laberinto llevando un ovillo de lana que desenrolla desde el principio para poder regresar siguiéndolo cuando fuese necesario; entra en la morada del monstruo y lo apuñala por la espalda y vuelve a su pueblo natal con Ariadna. Con una esclava, la bella Naucrates, Dédalo tuvo un hijo llamado Ícaro, el cual fue encerrado junto con su padre dentro del laberinto por los engaños cometidos al rey.Con el paso del tiempo a Dédalo se le ocurre la idea de construirse alas para escapar del laberinto, y comienza a juntar plumas, las cuales va uniendo con trozos de lino abandonados en el laberinto y cera extraída de los panales de abeja. Los primeros momentos de vuelo son complicados. Los cuerpos no encuentran el equilibrio exacto, porque el hombre no está hecho para volar. Dédalo recomienda a Icaro que vuele siempre a una altura media: ni demasiado bajo, para no hundirse en el mar, ni demasiado alto, para que el sol no quemara las frágiles plumas. Dédalo vuela delante y no observa que Icaro, deslumbrado por la belleza del firmamento y con la música de los pájaros, comienza a cobrar altura poco a poco; el deseo de alcanzar el sol puede más que los prudentes consejos de su padre. Hasta que llega el momento en que los rayos del sol comienzan a ablandar la cera que sujetaba las plumas y éstas empiezan a desprenderse poco a poco hasta que Icaro cae al mar. Cuando Dédalo mira atrás, no encuentra a su hijo, pero ve dos alas que flotan en el mar y sobrevuela el lugar infinitas veces tratando de encontrar el cadáver de su hijo.

¿El vuelo de Dédalo o la caída de Ícaro?
Tal vez Dédalo puso pie en tierra y salvo la vida, pero se olvidó de Ícaro y provocó de algún modo su muerte.

Nadie pudo volar nunca con sus propias alas, como Dédalo.
Nadie vio tan de cerca el sol y el mar como Ícaro.

Cada cual elige su mito.

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