Monday, July 25, 2005

Walking around, por P.Neruda

SUCEDE que me canso de ser hombre.
Sucede que entro en las sastrerías y en los cines
marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro
navegando en un agua de origen y ceniza.

El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos.
Sólo quiero un descanso de piedras o de lana,
sólo quiero no ver establecimientos ni jardines,
ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores.

Sucede que me canso de mis pies y mis uñas
y mi pelo y mi sombra.
Sucede que me canso de ser hombre.

Sin embargo sería delicioso
asustar a un notario con un lirio cortado
o dar muerte a una monja con un golpe de oreja.

Sería bello
ir por las calles con un cuchillo verde
y dando gritos hasta morir de frío.

No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas,
vacilante, extendido, tiritando de sueño,
hacia abajo,
en las tripas mojadas de la tierra,
absorbiendo y pensando, comiendo cada día.

No quiero para mí tantas desgracias.
No quiero continuar de raíz y de tumba,
de subterráneo solo, de bodega con muertos
ateridos, muriéndome de pena.

Por eso el día lunes arde como el petróleo
cuando me ve llegar con mi cara de cárcel,
y aúlla en su transcurso como una rueda herida,
y da pasos de sangre caliente hacia la noche.

Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas húmedas,
a hospitales donde los huesos salen por la ventana,
a ciertas zapaterías con olor a vinagre,
a calles espantosas como grietas.

Hay pájaros de color de azufre y horribles intestinos
colgando de las puertas de las casas que odio,
hay dentaduras olvidadas en una cafetera,hay espejos
que debieran haber llorado de vergüenza y espanto,
hay paraguas en todas partes, y venenos, y ombligos.

Yo paseo con calma,
con ojos, con zapatos,con furia, con olvido,
paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia,
y patios donde hay ropas colgadas de un alambre:
calzoncillos, toallas y camisas que lloran
lentas lágrimas sucias.

Wednesday, July 20, 2005

La sonrisa de Ingrid, por J.López

Fue Ingrid la que rompió el silencio tras un buen rato en que parecía que dormía.
"Qué bonito es el cielo, ójala pudiera verlo así siempre. ¡Y qué grande! Podría empezar a contar estrellas y caería dormida".
Era la última noche de Ingrid en Valencia, su tiempo había finalizado y le tocaba volver a su país. La playa había sido su lugar escogido para despedirse. Creo que tardé algunos minutos en responder, pensaba en la idea de un universo infinito, imposible de abarcar ni de explicar, por muchas sondas, satélites y otros cachivaches de miles de millones que lancen al espacio. Es como intentar mear contra el viento, el brazo del hombre no es capaz de tirar la piedra tan lejos.
"Ingrid, qué piensas que hay más: ¿estrellas o granos de arena? Imagínate. Ahora mismo nos parece abismal la distancia entre una estrella y otra, pero tal vez existan algunos seres tan diminutos que habiten en un grano de arena, y que consideren que la distancia entre uno y otro es insalvable. ¿Crees que ellos son conscientes de que hay un cielo o tendrían suficiente con darse cuenta de que su universo es una playa? Quizá su propio cielo sea el espacio entre cada grano de arena".
Ahora fue ella la que tardó en responder. Empecé a dudar de si me había entendido, aunque su castellano era bastante elogiable. "Creo que nunca lo sabremos".
Ingrid levantó la cabeza y se quedó mirando el mar, giró la cara y me dijo: "Teneis suerte de tener un mar".
"El mar no tiene dueños, el mar es libre y vive donde le place" le respondí. "Sí, pero...(dudó un instante y añadió) digo que teneis suerte de poder venir aquí, ver este cielo, esta arena y este mar".
"¿Ves aquella estrella tan grande? Aquella es la estrella polar. Esa estrella es la que guiaba antiguamente a los navegantes por todos los mares. Esa estrella también se ve en tu pais, si miras en la misma dirección y a la misma hora. Si bien lo piensas las distancias al final poco importan. Sobre todo si tenemos en cuenta que todos vivimos bajo el mismo cielo, ¡a diferencia de los hombrecitos que habitan en los granos de arena!". Ella se echó a reir y bajó de nuevo la cabeza. Luego dijo: "¿y qué dices de la playa?, eso sí que ya no lo veré".
"Siempre habrán otras playas Ingrid, te lo aseguro".
Ella sonrió y volvió a cerrar los ojos.

Sunday, July 17, 2005

Corazón coraza, por Benedetti


Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza

porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro

porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase
y yo te tenga
y no.

Tuesday, July 05, 2005

La muerte del hombre bala, por J.López

Alguien encontró su cuerpo
envuelto en un charco de sangre,
su corazón aún latía…
…pero no quería.

Una multitud presa del morbo y la curiosidad
se acercó a verle morir,
…pero él no moría,
porque ya estaba muerto.

Ya no podía beber los vientos,
ni subir más arriba,
ya no podía volar,
ya no sentía.

“Vuela, vuela más alto,
y nunca olvides tus alas,
pero llévame contigo,
podrás llevar mi peso;
sabes que si te vas…
… no me queda nada”.

Ecos de viejas palabras
cruzaban resbalando por su frente,
e iban cubriendo sus ojos
con un febril velo de muerte.


El cielo dejó de ser azul,
el cielo empezó a ser rojo,
el cielo dejó de ser cielo,
el cielo dejo de ser…

Sunday, July 03, 2005

Al alba, L.E.Aute


Si te dijera, amor mío,
que temo a la madrugada,
no sé qué estrellas son éstas
que hieren como amenazas
ni sé qué sangra la luna
al filo de su guadaña.

Presiento que tras la noche
vendrá la noche más larga,
quiero que no me abandones,
amor mío, al alba,
al alba, al alba.

Los hijos que no tuvimos
se esconden en las cloacas,
comen las últimas flores,
parece que adivinaran
que el día que se avecina
viene con hambre atrasada.

Miles de buitres callados
van extendiendo sus alas,
¿no te destroza, amor mío,
esta silenciosa danza?,
maldito baile de muertos,
pólvora de la mañana.


*Esta canción siempre me recordará otras noches, de luz tenue, pies descalzos, cojines en el suelo y una guitarra como cómplice.

Pregunta vieja, vieja respuesta, por Cernuda

¿Adónde va el amor cuando se olvida?
No aquel a quien hicieras la pregunta
es quien hoy te responde.

Es otro, al que unos años más de vida
le dieron la ocasión, que no tuviste,
de hallar una respuesta.

Los juguetes del niño que ya es hombre,
¿adónde fueron, di? Tú lo sabías,
bien pudiste saberlo.

Nada queda de ellos: sus ruinas
informes e incoloras, entre el polvo,
el tiempo se ha llevado.

El hombre que envejece, halla en su mente,
en su deseo, vacíos, sin encanto,
dónde van los amores.

Mas si muere el amor, no queda libre
el hombre del amor: queda su sombra,
queda en pie la lujuria.

¿Adónde va el amor cuando se olvida?
No aquel a quien hicieras la pregunta
es quien hoy te responde.

Saturday, July 02, 2005

Queda la música, por L.E.Aute


Miro el instante que ha fijado la fotografía
ríes con la timidez de quien le avergüenza la risa,
quince años que sujeto entre mis brazos
al compás del último disco robado.
Nada queda en ese trozo de papel,
todo es alquimia,
veo que es la prueba más veraz de que todo es mentira,
esos rostros ya no llevan nuestros nombres,
son dos máscaras perdidas en la noche, pero ...
Queda la música, queda la música, queda la música, queda la música.
Siento que ese tiempo que se fue no ha sido nunca nuestro
como cuando te miro y no logro recordar tu cuerpo;
no eres tú aquella insolencia de latidos que encendía mis deseos más prohibidos.
Creo que tú y yo no somos más que dos desconocidos,
otros,
dos extraños que en el tiempo se han hecho asesinos de esos dos niños de la fotografía que,
abrazados,
van bailando por la vida, pero ...
Queda la música ...

*Afortunadamente siempre queda la música

A solas con todo el mundo, by Bukowsky



La carne cubre el hueso
Y dentro le ponen
Un cerebro y
A veces un alma,
Y las mujeres arrojan
Jarrones contra las paredes,
Y los hombres beben demasiado
Y nadie encuentra al otro,
Pero siguen buscando
De cama en cama.
La carne cubre el hueso
Y la carne busca algo más de carne.
No hay ninguna posibilidad:
Estamos todos atrapados
Por un destino singular.
Nadie encuentra jamás al otro.
Los tugurios se llenan,
Los vertederos se llenan,
Los manicomios se llenan,
Los hospitales se llenan,
Las tumbas se llenan,

Nada más se llena.

Viceversa, by Benedetti

No sabía que podría pensar la Rosario actual, pero a mí me parecía que los cinco años transcurridos desde nuestro último encuentro (¿o fue desencuentro?) no habían pasado en vano. La había visto en televisión, entrevistada por una periodista un poco tonta, y la hallé más linda, más joven, más inteligente. Después tuve la osadía de enfrentarme a mi propio espejo, y aunque no voy a decir que me encontré joven y hermoso, comprobé sin embargo que mis ojos seguían vivos y transmitían un contenido bastante aceptable.
Fue después de ese doble diagnóstico que decidí volver al tema. Tanta incomunicación me pareció un desperdicio. No sé qué pensaría ella de este intento, pero tuve la esperanza de que sonreiría. Y me consta que sus sonrisas siempre fueron aceptaciones.
Para empezar de cero ¿se acordará de cuándo y cómo nos conocimos? Fue en el vapor de la carrera (todavía no habían llegado los Buquebus). Iba caminando por el pasillo, pero de pronto el barco tuvo un vaivén que le provocó un resbalón y la pobre estuvo a punto de caerse. Si no se cayó del todo fue porque yo, muy atento, la recogí en mis brazos, Quedó un poco tembleque, así que la acompañé a su asiento, y aprovechando que el contiguo estaba libre, allí me quedé para tratar de reanimarla. Y la reanimé. De a poco nos fue envolviendo un halo de mutua simpatía, así que antes de desembarcar intercambiamos los nombres de los hoteles donde nos alojaríamos en Buenos Aires. Dos días después la fui a buscar y ahí empezó la cosa. Tanto su hotel como el mío eran especialmente aptos para el amor, de modo que nos amamos con discreción, sinceridad y poco ruido.
¿Se acordará ahora tan pormenorizadamente como yo de aquella fiesta fuera de fronteras? Después, en Montevideo, no fueron necesarios los hoteles. Mi apartamentito era más adecuado y menos riesgoso. Teníamos la doble ventaja de ser solteros y relativamente jóvenes. Yo trabajaba en un estudio de abogados amigos y ella retomó su actividad como crítica literaria.
Cuatro años de convivencia sexual, profesional, ideológica y cultural nos alegraron la vida.
Así y todo, llegó un momento en que la relación empezó a languidecer. Una noche me desperté y vi que su cuerpo se estremecía. Apoyé mi mano en uno de sus hombros para atraerla y vi que lloraba. Me miró entre sus lagrimones y luego balbuceó: "Es horrible, pero ya no te quiero. Y lo peor es que quiero a otro. Vos, que me ayudaste tanto, no te merecías este abandono, pero qué le voy a hacer".
Confieso que ese final no llegó a sorprenderme. Yo ya intuía que algo estaba deteriorando nuestro vínculo. Horas más tarde, cuando el ventanal ya se había llenado con la luz un poco turbia del amanecer, ella recogió lentamente sus bártulos y se fue, luego de propinarme un abrazo agradecido y distante.
De nuevo solitario y soltero, traté de consagrarme a mi trabajo. La redacción y corrección de expedientes judiciales no es demasiado disfrutable, pero la falta de amor se me convirtió en un exceso de rigor, y en el estudio estaban más que conformes con mi faena profesional.
Sólo unos meses después me enteré de que mi sustituto en el corazón y el lecho de Rosario era un fotógrafo muy apuesto, que tenía fama de mujeriego. Por lo que supe más tarde (los chismes circulan con semáforo verde) esa unión también acabó mal. El fotógrafo consiguió un puesto en Miami, al parecer bien remunerado, y hacia allí partió, sin el menor aviso y dejando a Rosario mascullando su rencor.
Cuando la volví a encontrar habían pasado los cinco años que mencioné al principio de este relato, tan poco heroico. Me abrazó tiernamente, me agobió con pedidos de perdón, y como era de prever, empezamos ahí un segundo capítulo. Se quedó contenta con algunas modificaciones que yo había incorporado en el mobiliario de mi apartamentito de siempre.
Ahora fueron dos los años de convivencia sexual, profesional, ideológica y cultural que nos alegraron la vida. Sin embargo, llegó otra vez el momento en que la relación empezó a languidecer. Una noche ella se despertó y advirtió que mi cuerpo se estremecía. Pero yo no estaba llorando, simplemente estaba atrapado en una crisis de bostezos, suspiros y estornudos. Al fin pude mirarla con auténtica tristeza y balbuceé: "Es horrible pero ya no te quiero. Y lo peor es que quiero a otra. Sé que no te mereces este abandono, pero qué le voy a hacer".

Vencidos pero elegantes


















Debí crecer entre las sombras incandescentes de un horizonte ajeno
mientras perdía la consciencia en mi cuarto trastero
y se teñían de añoranza otros recuerdos

Te ví crecer entre paredes intransigentes que nunca se cayeron
escuchándoles decir que "lo pintaran de negro"
acostumbrado a disparar por los agujeros

Convencidos de que todo iría a mejor
apostando al caballo menos fuerte
vencidos pero elegantes, como siempre


Respirábamos el viento en nuestra contra
nos reíamos del miedo y de su sombra
¿acudirás cuando grite como antes?

Debí crecer, y sin embargo algunas cosas siguen siendo tan grandes
como el recuerdo bohemio de noches y de algunas tardes
y la certeza de que todo está por delante.


*Por los Beatles, los Stones, los Kinks, los Who, Tom Waits, David Bowie, Syd Barrett, Kevin Ayers, por la Velvet, por Jimi Hendrix, los Sexy Circus, los Small Faces, el Pinball, Bukowski, Boris Vian, los libros estúpidos de psicología, la absenta, sus efectos sobre las sábanas, la guitarra nocturna, las jam session en el carmen, las fiestas, las quejas de los vecinos, por las veces que vino la policía, las canciones, las no canciones, los poemas, el vino, el moje, el chiste del mercadona, las italianas, los arranques en la marxa, los años de facultad, por las mentiras que nunca nos creímos, por las verdades que nunca dijimos, por la búsqueda del pie quebrado, por compartir peleas en la búsqueda del honor de una dama, por las rancheras, por las lágrimas y las risas, porque el espíritu del temagordismo y el libre albedrío no ha muerto, por nuestro inmortal "waiting for the sun", "naquin on jevens dor" y otras cosas que tal vez olvidemos pero que seguirán ahí...

...por todo eso, muchas gracias

Pastillas para no soñar, by Sabina


"Sólo hay algo más duro
que follar con una desconocida
pensando en tu amada:
follar con una desconocida
y no pensar en nada"

Javier López (Ícaro)








*Cartel de "Blow up" de Antonioni (no se pierdan escena con los Yardbirds en la que se ve a Jeff Beck destrozando el amplificador ante la mirada de Jimi Page)




Si lo que quieres es vivir cien años
no pruebes los licores del placer.
si eres alergico a los desengaños
olvidate de esa mujer.
compra una mascara antigas,
mantente dentro de la ley.
si lo que quieres es vivir cien años
haz musculos de 5 a 6.
y ponte gomina que no te despeine
el vientecillo de la libertad.
funda un hogar en el que nunca reine
mas rey que la seguridad,
evita el humo de los clubs,
reduce la velocidad,
si lo que quieres es vivir cien años
vacunate contra el azar.
deja pasar la tentacion
dile a esa chica que no llame mas
y si protesta el corazon
en la farmacia puedes preguntar:
¿tienen pastillas para no soñar?
si quieres ser matusalen
vigila tu colesterol,
si tu pelicula es vivir cien años
no lo hagas nunca sin condon,
es peligroso que tu piel desnuda
roce otra piel sin esterilizar,
que no se infiltre el virus de la duda
en tu cama matrimonial.
y si en tus noches falta sal
para eso esta el televisor.
si lo que quieres es cumplir cien años
no vivas como vivo yo.
deja pasar la tentacion
dile a esa chica que no llame mas
y si protesta el corazon
en la farmacia puedes preguntar:
¿tienen pastillas para no soñar?

La canción de las noches perdidas, by Sabina


"Miente, como mienten todos los boleros" Tom Waits

Esta es la canción de las noches perdidas
que se canta al filo de la madrugada
con el aguardiente de la despedida,
por eso suena tan desesperada.
Ven a la canción de las noches perdidas
si sabes que todo sabe a casi nada,
a carrera en los leotardos de la vida,
a bola de alcanfor dormida en la almohada...
y tiene nombre de mujer
como la soledad
como el consuelo,
los fugitivos del deber
no encuentran taxi libre para el cielo.
Esta es la canción de las noches perdidas,
lleva un crisantemo ajado en la solapa,
se sube a la cabeza como ciertas bebidas,
miente como mienten todos los boleros
y tiene nombre de mujer
como mi corazón, como tu olvido,
los fugitivos del deber no tienen más amor que el que han perdido
esta es la canción de las noches perdidas
si quieres te la cambio por un rato en tu cama,
hierve como el ruedo en tardes de corrida,
va como los besos en los telegramas
y tiene nombre de mujer
como la libertad, como la nieve,
los fugitivos del deber cogen su maldición y se la beben

El mito de Icaro

""En pleno delirio sexual, todo el mundo tiene derecho a compararse con Dios" E.M. Cioran

Dédalo fue un prestigioso arquitecto, inventor y escultor, muy respetado en su ciudad natal, Atenas. Trabajaba en su taller junto con su sobrino Talo, que prometía ser un gran sucesor de su tío. Presa de unos celos cada vez más insoportables, Dédalo, decide matar a su sobrino . Un día invita a Talo a pasear con él por el recinto del templo de atenea y desde lo alto de las murallas lo arroja al vacío, pero la diosa Palas transformó al muchacho en pájaro "cubriéndolo de plumas mientras caía".Cuando baja del recinto, recoge el cadáver de su sobrino y lo entierra. Días mas tarde el tribunal consigue pruebas del delito y condena a muerte a Dédalo, éste consigue escapar y embarca en un navío que va a Creta. Allí es recibido con todos los honores por el rey Minos, quien lo convierte en su servidor. Un día, Pasifae, la esposa de Minos, pide al escultor que le fabrique una figura de vaca que se semejara a la real para el toro blanco de Creta. Esto supone el nacimiento de una criatura mitad humana y mitad toro: El Minotauro.Para tratar de esconderlo, Minos ordena a Dédalo que construya un laberinto de donde jamás pudiera salir esta bestia. Al pasar los días en ésta celda, el minotauro, que rehusaba los alimentos ofrecidos, exige carne humana. Al enterarse del deseo del monstruo, Minos tiene una idea, obligar a los atenienses a enviar tributos de siete muchachos y siete doncellas para ser devorados por la fiera. Teseo, el hijo del rey de Atenas, parte rumbo a Creta con el fin de asesinar al Minotauro, lo cual logra con la ayuda de Ariadna, la hija de Minos. Teseo se introduce en el laberinto llevando un ovillo de lana que desenrolla desde el principio para poder regresar siguiéndolo cuando fuese necesario; entra en la morada del monstruo y lo apuñala por la espalda y vuelve a su pueblo natal con Ariadna. Con una esclava, la bella Naucrates, Dédalo tuvo un hijo llamado Ícaro, el cual fue encerrado junto con su padre dentro del laberinto por los engaños cometidos al rey.Con el paso del tiempo a Dédalo se le ocurre la idea de construirse alas para escapar del laberinto, y comienza a juntar plumas, las cuales va uniendo con trozos de lino abandonados en el laberinto y cera extraída de los panales de abeja. Los primeros momentos de vuelo son complicados. Los cuerpos no encuentran el equilibrio exacto, porque el hombre no está hecho para volar. Dédalo recomienda a Icaro que vuele siempre a una altura media: ni demasiado bajo, para no hundirse en el mar, ni demasiado alto, para que el sol no quemara las frágiles plumas. Dédalo vuela delante y no observa que Icaro, deslumbrado por la belleza del firmamento y con la música de los pájaros, comienza a cobrar altura poco a poco; el deseo de alcanzar el sol puede más que los prudentes consejos de su padre. Hasta que llega el momento en que los rayos del sol comienzan a ablandar la cera que sujetaba las plumas y éstas empiezan a desprenderse poco a poco hasta que Icaro cae al mar. Cuando Dédalo mira atrás, no encuentra a su hijo, pero ve dos alas que flotan en el mar y sobrevuela el lugar infinitas veces tratando de encontrar el cadáver de su hijo.

¿El vuelo de Dédalo o la caída de Ícaro?
Tal vez Dédalo puso pie en tierra y salvo la vida, pero se olvidó de Ícaro y provocó de algún modo su muerte.

Nadie pudo volar nunca con sus propias alas, como Dédalo.
Nadie vio tan de cerca el sol y el mar como Ícaro.

Cada cual elige su mito.