Al otro lado del espejo hay una realidad paralela. La de los hechos posibles y no ocurridos.
La del complemento en movimiento sin mayor razón de ser que la de existir.
El loco empezó a serlo cuando perdió la razón, y pasó días y noches enteras sin comer ni dormir, delante del espejo, observando una suerte de alma gemela que imitaba sus movimientos.
La locura se agudizó, y pronto descubrió que si curvaba el espejo se magnificaba todo lo que reflejaba, y empezó a proyectar su mundo en el nuevo invento, creándose la ilusión de un universo paralelo en el que todo era mayor.
Hay quien dice que intentó curvarlo demasiado y estalló en mil pedazos.
Otros que intentó atravesarlo y lo destrozó.
Pero todos coinciden en una cosa: se fue de este mundo sin comprender que su verdadero sitio estaba detrás del espejo.
3 comments:
Me encanta.
He leído algunos de tus escritos y que decir que tienes buena mano.
Sigue así, es un gusto leerte.
Muchas gracias por tu comentario y por tus visitas. Un saludo
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